Wednesday, April 10, 2013

Capítulo 1:El precio de la victoria

Nunca olvidaré esos ojos inyectos de sangre,la misma sangre que pronto mancharía mis manos.Ese último aliento en mi boca,un fin que trataba de impedir a toda costa.Y es que nadie puede vencer a la muerte,sobretodo si esta tiene los ojos fijados en tí.



Porque siento el calor helado de la muerte cada vez que paso por esta puerta.


Han pasado seis meses desde que volví a casa.Bueno,volver...Exactamente no he vuelto a casa,una parte de mí se quedó en la Arena.Y se que nunca va a regresar...aunque tampoco quiero que lo haga.


Podría decirse que no he vuelto a ser la misma desde que bajé de aquel tren.No tengo la inocencia que tuve antes de el último cañonazo,ya no soy ninguna niña que no puede defenderse por su sola.Gané unos Juegos del Hambre,eso me permite elevar mi actitud a la de los jóvenes profesionales del Distrito 2,que miran extrañados cómo una vencedora se inflitra en sus clases.


Lo que ellos no comprenden es que ahora necesito un arma cerca para sentirme...viva.


-¿Qué te pasa Peter?¿Te quedaste sin fuerzas mientras llorabas como un bebé?-mi voz ahora suena superior,no es tímida como hace unos meses.Y algo que nunca pensé que sería capaz de hacer,es enfrentarme a Peter Owens.


El novio de Rosse.


Más de una vez he sentido su espada cerca de la oreja,pero con el tiempo he aprendido a olvidarlo,a no imutarme.Tal y como ahora mismo hace,infringiendo las reglas al atacarme por encima del pecho tras haberle provocado.


Pero es que me encanta la expresión de rabia en su rostro enfurecido a punto de atacarme,y mi implacable defensa cuando esquivo su arma antes de que el entrenador se la retire.


-Acabaré contigo Black-gruñe entre dientes,luchando contra sus propias lágrimas a la vez que aumenta mi satisfacción personal.He de admitirlo,es un momento delicioso,cobrarme por mi misma la venganza de las muertes de todos los tributos.Sobretodo las de Jake,Alissa y Rubi,que murieron ante mis ojos sin que pudiese evitarlo.


Pero ya no me duele ese recuerdo,tan solo late ardiente en mi pensamiento,esperando que lo extinga con venganza.


Peter y yo solemos ser los primeros en las rondas de cuerpo a cuerpo.Él por edad,yo por vencedora,así los pequeños comprueban la manera correcta de luchar.En mi clase,el corte es desde los catorce años,pero soy consciente de que hay otra con niños de siete.


Siete años y aprendiendo a luchar...Definitivamente sus padres han perdido la cabeza.


La chica más pequeña de mi grupo,Jocelyn Steve,lucha con quien ha extraido de la urna:Stephanie Raneger.Los coordinadores intentan que todo esto parezcan unos verdaderos Juegos.Es más,mensualmente hacen rankings para ver quienes son mejores con las armas y el combate,y al concluir el curso hacen una simulación con armas electrónicas,y coronan un vencedor de cada clase.Luego,esos vencedores se enfrentan de nuevo,y sale el vencedor global del curso.A mí no se me permite participar,pues consideran que ser una vencedora real podría darme ventaja y no sería justo,algo a lo que hay que añadirle que mis habilidades con las armas han mejorado en potencia.Poco a poco,he dejado el arco a un lado para utilizar un cuchillo,ya soy capaz de dar en el blanco el 97% de los casos,demostrado.Para mí,esto ha sido como seguir en el Capitolio custodiada por vigilantes y agentes de la paz antes de mis Juegos.Por ello,he de darles las gracias.


Jocelyn cae al suelo en cuestión de segundos,con el peto de seguridad roto por el pecho.Yo nunca he usado protecciones,nunca he querido usarlas a pesar de la insistencia de mi entrenador.Pero ser una vencedora me da privilegios,y este es uno de ellos:No se me aplican todas las normas vigentes.



Por ejemplo,puedo salir del entrenamiento cuando quiera.Pero hoy es necesario,pues esta noche sale mi tren de vuelta al Distrito 5.Y mañana volveré a la rutina del Capitolio...


Mi gira de la victoria

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Cuando salgo,el frio me golpea,por lo que me abrocho el abrigo hasta el cuello y hundo mi cara en la bufanda,que abriga lo que puede.La casa de mi padre está a apenas cinco minutos del centro,por lo que voy a pie todos los dias a pesar del frio invernal del Distrito 2.Solamente tengo que cruzar la acera y atravesar una calle,que  para mi sorpresa hoy está cubierta de blanco,una nieve tan fina que deja mis pisadas bien marcadas en ella,crujiendo bajo mis pies.Es una sensación agradable ya que en el Distrito 5 apenas nieva,yo no recuerdo haber vivido una nevada intensa y prolongada como esta

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Saco mis llaves del bolsillo,que tratan de engancharse inutilmente con mis guantes,y abro la puerta a la vez que entro de golpe,notando la calefacción calentándome a medida que me adentro en el pasillo.


-¡Ya estoy en casa!-grito dejando mis cosas sobre el sofá.Obtengo una tenue respuesta,por lo que supongo que mi padre está en la puerta trasera,quitando la nieve que se acumula delante.Subo rápidamente las escaleras hacia mi cuarto,donde una maleta a medio hacer me espera sobre a cama.Aún tengo que pensar que dejaré aqui y qué me llevaré de vuelta al 5,algo difícil si es evidente que sucederá eso de "dejarse lo más necesario".Pero en fin,es un riesgo que he de correr.


En casa no hace tanto frío como aquí,así que dejo las sudaderas que más abrigan en mi armario,junto a mis botas de agua nuevas y el abrigo que uso cuando nieva.Se me hace extraño tener tanta ropa,pero cuando tienes un estilista llamándote cada semana,gritando que no se dejó el alma en mis dias previos a la Arena para que luego vaya como si siguiese en el estadio,terminas renovando vestuario quieras o no.Todas mis camisas de manga larga entran en la maleta,acompañadas de algún jersey y pantalones vaqueros.Por poco se me olvida lo que Javier me pidió que le llevase:Una camiseta del centro de entrenamiento.Según él,a las chicas les encanta.Yo por hacer la broma,le llevo otra a William,un recuerdo de su Distrito 2 natal.Desde hace un par de años,optaron por poner un "uniforme",el cual se ha convertido en un simbolo de atención en todo Panem,solo al alcance de aquellos que ingresan en el centro...y para mí,claro.



Dos horas después,mi maleta está el maletero del coche lista para ser trasladada.A mí solo me queda un último repaso para comprobar que no me olvido nada mientras mi padre grita desde la puerta que voy a perder el tren.


-Siempre tan nervioso-sonrío mientras me pongo el abrigo,cerrándomelo hasta el tope.Meto las manos escondidas en los guantes en los bolsillos,y entro en el coche sentándome en el asiento del copiloto.Un último repaso mental y el coche arranca de camino a la estación de trenes.Durante el camino de quince minutos,le cuento cómo ha ido el día,y él me da la charla diaria sobre meterme con Peter.


-Algún dia,todo se volverá en tu contra-dice serio,sin perder la vista de la carretera.


-Ya lo hizo-murmuro apoyando la cabeza en el cristal frío,cerrando ligeramente los ojos.El frío es tan intenso que incluso traspasa mi gorro y llega a mis orejeras,que llego a notarlas mojadas.Hay algo que mi padre nunca llegará a entender,y es el hecho de que cambié desde que mi nombre se gritó en la cosecha.Pretende que siga siendo esa niña inocenrte e ingenua pero...esa murió en la arena por el cuchillo de Rosse.Sacando ese tema,vi el video de mis juegos mientras vine hacia aquí.El explosivo de Rosse no falló,ella lo lanzó alto para distraerme.Ambas caimos a la vez,y apenas pasados cinco segundos,yo ya estaba subiendo a un aerodeslizador.Solamente vi esa parte,no he sido capaz de ver más que puntos exactos,como la muerte de Drake y la "mía".También me he propuesto aprender a nadar,y aunque solo he tomado unas pocas clases,ya se mantenerme a flote sin agobiarme,aunque me deprimo cuando veo a niños de seis años haciéndolo mil veces mejor que yo.


El coche se detiene poco a poco,iluminado por las farolas de la estación.Mi maleta se cubre de nieve mientras caminamos hacia el interior,llegando a un pasillo "vacío".Lo digo entre comillas porque solo hay periodistas esperando captar el regreso de la vencedora a casa.No es la primera vez que me ocurre,por lo que ya me he acostumbrado,pero siempre recordaré el corrillo que se formó a la salida de la academia de profesionales y cómo mi padre improvisó como guardaespaldas.Me pilló desprevenida,apenas podía escucharles de lo alto y a la vez que hablaban,con miles de preguntas distintas.Hoy solo tienen un par,las que quedan por responder que interesan al Distrito 2.


-¿Son ciertos los rumores de tu ruptura con Glasse?-la periodista adelanta el micrófono mientras mi padre sube al tren,metiendo mi maleta.Puede que esta sea la quinta vez que me lo preguntan en estos meses,no me creo que se crean que por estar separados hayamos tenido que romper.Siempre que me lo preguntan,les enseño la mano,donde mi anillo de compromiso luce como el primer día.


-¿Contesta a tu pregunta?-río con sorna,volviendo a ponerme el guante.
Cuando subo al tren,un hombre pregunta otra cosa,algo que no había oido desde hace meses.Algo que me provoca dolor y tristeza.


-¿Sigues llevando la medalla de Jake?


Jake...me quedo en blanco,no quiero responder.Hago como si no le hubiese escuchado y entro,pulsando un botón que cierra la puerta con un sonido metálico.Empiezan a calentar motores mientras me siento en uno de los sofás de las ventanas opuestas al andén y me llevo las rodillas al pecho.Me ha dolido hasta escuchar su nombre,ha taladrado mis oidos y se ha grabado a fuego en mi mente.¡Ahora que llevaba días en paz!Me llevo las manos a los oídos,apretándolas con fuerza,algo que llama la atención de mi padre.


-¿Estás bien?-murmura sentándose,intentando que me relaje pero es imposible:comienza de nuevo.Su voz en mi cabeza,su sonrisa cálida y despreocupada,sus besos,sus abrazos,su simple mirada...Me aprieto aún más la cabeza,intentando hacerle desaparecer,pero se de sobra que estos ataques nunca los he podido controlar.Mi respiración se acelera al compás de mis pulsaciones,empiezo a sudar,me cuesta respirar-¡Sel!-ya me cuesta distinguir la voz de mi padre,pues mi cabeza me trasporta de nuevo a los pies de la montaña,viviéndolo casi como si fuese un espectador.Desde aquí parece incluso más doloroso,más traumático.


"Sacame de aquí..."pienso al borde del desmayo,sin aire entrando en mis pulsones.


Es entonces cuando noto algo punzante en mi brazo y todo se desvanece,de grumos de colores a negro...morfina.


Y es que tal y como dijo Rubi,el vencedor carga con las muertes...una carga que nunca se desvanece.


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